El tipo de tablilla que aquí presentamos se corresponde con los
llamados kudurru, término acadio que significa «límite» o
«frontera». Estas piezas, colocadas en el suelo de los campos (a modo
de mojones), eran símbolos que de modo público certificaban los
derechos que un individuo y sus herederos tenían sobre una propiedad,
donada por el soberano.
En los kudurru aparecen generalmente tres elementos combinados
entre sí: la inscripción, que era la copia exacta de la tablilla de
concesión -archivada en el templo- de una propiedad o bien, y que
siempre finalizaba con maldiciones contra quien dañase, borrase o
destruyese la piedra; los símbolos religiosos (Sol, Luna, círculos,
altares, cornamentas, instrumentos de culto, altares, etc.); y las
figuras del monarca, sus beneficiarios y a veces dioses.
Esta tablilla de piedra negra, escrita en cuneiforme babilónico,
está datada en el año 20 de Nabu-apal-iddina -rey de Babilonia-,
equivalente al 870 a.C., aproximadamente. En ella se confirma a un
hombre como dueño de un estado cercano al río Éufrates. El rey está
representado a la derecha, frente a él las tierras que domina, y encima
están los símbolos de los dioses babilónicos.
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