Fotografia de la Pieza  

Perro

exvoto

 

 

Arte Sumero-Acadio.

Hacia 1900 a.C.

Original de esteatita negra.

Museo del Louvre. París.

 

Alto: 8, ancho: 5, prof.: 11

 

Zirconio

90 €

Bronce

100 €

 

Los artistas del antiguo oriente sintieron siempre predilección por las representaciones de animales, en la creencia de que simbolizaban las potencias elementales de la Naturaleza mejor que el hombre. Bajo este concepto, debían servir como atributos de los dioses y fue así que el perro se convirtió en compañero de Gula, diosa de la Medicina -tal como lo fue Esculapio entre los griegos-. Pero más antiguamente, era considerado sobretodo como un buen guardián, y es por esta razón que un sacerdote de la ciudad sumeria de Girsu (actualmente, Tello) hizo esculpir este perro, hacia el año 1900 a.C., con la siguiente dedicatoria:

«A la diosa Nin-isina, la Dama que escucha las oraciones, su protectora, por la vida de Sumu-ilum, rey de Ur, el sacerdote estático Abba-duga (el Padre es bueno), hijo de Urukagina, el gran chantre de la ciudad de Girsu, ha dedicado esta ofrenda cuyo nombre es...».

Desgraciadamente este nombre o forma de plegaria es un enigma para nosotros: la «Planta de la vida» era mencionada, pero el resto es ilegible.

Este perro guardián era destinado a ser colocado en un templo, ante la estatua de la diosa, a fin de presentar una ofrenda que se colocabaen el recipiente fijado sobre su lomo.

© Taller HORUS