Fotografia de la Pieza  

Arquero

asirio

 

 

Asiria. Nínive.

Palacio de Assurbanipal.

668 - 626 a.C. Bajorrelieve.

Alabastro de yeso.

Museo del Louvre. París.

 

Alto: 37, ancho: 36

 

Mármol-Zirconio

195 €

 

Los asirios tenían como divinidad principal a su dios Assur, al que identificaban con el Bien. Pueblo sumamente guerrero, llegó a ser en determinadas épocas de la historia la mayor potencia militar de Oriente Próximo.

Fueron muy hábiles en el manejo del arco, formando cuerpos específicos en sus ejércitos. Esta habilidad con el arco la demostraron también montados a caballo; sabemos que no se conocía el estribo y esto hacía tarea ardua tanto el controlar al caballo en el fragor de la lucha, como el tener que mantener el control del propio cuerpo durante el combate. Los romanos reclutaron entre sus cuerpos de auxiliares a los arqueros mesopotámicos, pues venían usando el arco durante siglos y eran grandes expertos.

Este carácter guerrero de los asirios se expresó en el arte. Podemos encontrar en los relieves muestras de cómo eran sus carros de guerra, el equipamiento de los infantes y los arqueros, así como las técnicas de asedio y otras tácticas militares. Pero la apreciación que podemos hacer sobre los bajorrelieves asirios es muy parcial, pues les falta el color, que era parte fundamental en su decoración, como se pone de manifiesto en las pinturas murales y en la cerámica vitreada.

El original del relieve que nos ocupa es el fragmento de un relieve mayor, descubierto en Nínive (actualmente Koujoundjick, Irak), y cedido al Louvre entre 1852 y 1854. En él vemos representado un arquero perteneciente a la caballería del rey Assurbanipal, montado a caballo en posición de combate. Lleva un casco típico asirio en forma de mitra, y va vestido con el traje ceñido invulnerable, dejando expuestos sólo los brazos.

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