La dinastía de los chalukya tenía su capital en Badami, donde se
construyeron templos realmente magníficos, entre los que sobresale el
nº 6, que contiene una serie de estatuas colosales dedicadas al dios
Vishnú.
La importancia del arte chalukya reside en la creación de tipos
arquitectónicos procedentes del arte budista al servicio de la
religión hindú, que posteriormente serían desarrollados en muy
distintas formas en el norte y en el sur.
A Vishnú se le conoce como la segunda persona de la Trimurti o
tríada hindú. Es «El Conservador» y en Los Vedas aparece como
divinidad menor. Su esposa es Lakshmi y aparece transportado por el ave
Garuda o la serpiente Sesha; su cielo es Vaikuntha. Se le representa
como un joven con cuatro manos que llevan: el panchajaya o
caracol marino, el vajranabha (un chakra o disco), una maza y un padma
o loto. Su pecho tiene una marca peculiar o rizo.
Se dice que encarnó como avatara o enviado en nueve ocasiones:
Matsya (el pez), Kurma (la tortuga), Varaha (jabalí), Narashinha (el
hombre león), Vamana (el enano), Parasu-Rama, Rama y Krishna. En su
novena encarnación se dice que vino a la Tierra como Buda, el fundador
del budismo actual. Finalmente vendrá como Kalki (el caballo blanco),
cuando esta edad presente haya llenado su copa de maldad hasta el borde,
y habrá entonces llegado el tiempo de un renacimiento cósmico.
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