Fotografia de la Pieza  

Ganga

 

 

 

India. Estilo Sena.

Procedente de Bengala.

Siglo XIII.

Museo Nacional.

Nueva Delhi. India.

 

Alto: 50, ancho: 16, prof.: 8

 

Mármol-Zirconio

295 €

 

Ganga es la diosa del río Ganges (que en hindú es femenino), el río sagrado por excelencia de la India, de cuyas aguas se dice que tienen el poder de purificar todos los pecados presentes, pasados y futuros. Su nacimiento divino y aparición sobre la Tierra constituyen un interesante relato del Ramayana. La historia es contada por el santo Visvamitra a Râma y su hermano Lakshman, con quienes viajaba. Cuando llegaron a las orillas de la sagrada corriente se bañaron en ella, como ordenan las escrituras, y ofrecieron las oblaciones debidas; después se sentaron y Râma dijo:

«Oh santo, anhelo aprender la historia del sagrado Ganges».

Apremiado de este modo, Visvamitra contó a ambos el nacimiento de Ganga y su crecimiento:

«La poderosa montaña que almacena nobles metales, el Himalaya (en sánscrito: «mansión de nieve»), es el Señor de las Montañas y el padre de dos hermosas hijas, las más bellas entre las bellas.Su madre, hija del deseo de Meru, la montaña eterna, fue Mena, la amada del Himalaya, agraciada con la belleza de su delicado talle. Ganga nació primero; luego vino la hermosura conocida con el nombre de Uma. Luego, todos los dioses del Cielo, necesitados de que Ganga sus dones les brindara, vinieron al Himalaya y pidieron al rey de la montaña que les cediera su doncella. Él, que no descuida el bienestar de los tres mundos, entregó con sagrado celo su hija a los inmortales: el Ganges, cuyas aguas purifican y salvan, que corre sin cesar, bello y libre, hasta el mar, purificando a todos los pecadores. Obtenido de este modo el Ganges sagrado, los dioses regresaron a sus moradas celestiales».

También se conoce a Ganga por Varanadi («excelente río»), Devabhuti («que mana del Cielo»), Harasekhara («cresta de Siva»), Mandaki­ni («que corre gentil»), etc.

Es conocida la tradición de los hindúes de bañarse en las aguas purificadoras del Ganges, y ensuciarlas se considera un gran ultraje al sentimiento religioso, como se demostró en la revolución ocurrida en Benarés en el año 1909. Además de esta cualidad purificadora, en su sentido simbólico el río representa el «flujo de las formas», «la muerte y la renovación»; en el aspecto cósmico se habla de un gran río de donde todo viene y a donde todo va.  Tal sentido se ha atribuido también a otros ríos, como el Tíber (Italia), el Jordán (Palestina), el Boyne (o Boand, Irlanda),  el Severn (Gran Bretaña), etc.

En el sur de la India se representa a Ganga en forma de sirena, flotando en la superficie del agua y con las manos juntas en actitud orante; en su cabeza lleva una corona y en la frente la marca de Siva hecha con cenizas, y toda ella está cubierta de joyas. En Bengala se la representa generalmente como una mujer joven, coronada, sentada sobre el monstruo marino Makara (especie de cocodrilo), y teniendo en su mano derecha un lirio de agua y en la izquierda un laúd.

En la pieza que aquí presentamos la diosa Ganga está de pie sobre una base recubierta con pétalos de flor de loto, bajo «el árbol de las mercedes celestiales». Aparece bellamente adornada con pendientes, collares, pulseras, brazaletes, etc.; los dedos de sus manos están representando algún mudra, a la vez que sostiene una especie de cántaro; y la parte inferior de su cuerpo está recorrida por ondulaciones, sugiriendo y evocando la corriente del agua. En suma, nos hallamos ante una elegante figura, delicadamente labrada, que constituye una de las mejores obras del estilo Sena.

© Taller HORUS