Fotografia de la Pieza  

Gandharvas

volando I

(relieve)

 

 

India. Siglo VI

 

Alto: 49, ancho: 38

 

Mármol-Zirconio

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En el transcurso del siglo VII dos dinastías trataron de dominar el Deccán: los chalukya en el noroeste y los pallava en el sudeste. Sin embargo, al lado de estos dos grandes reinos habían estados cuya importancia no puede ignorarse, como el de los ganga de Maiser.

El reino de los chalukya se constituyó a comienzos del siglo VI. La capital estaba entonces en Ahihole, ciudad que ofrece toda la gama de las diferentes fases de la arquitectura chalukya, pero fue trasladada a Vatapi (actualmente Badami) a mediados de siglo.

El reinado de Pulakesin II (609-642) marcó el apogeo de los chalukya de Badami. Este rey cerró la ruta a Harsa y arrebató a Mahendravar­man I, pallava, la región de Andhra, donde creó el reino de los chalukyas orientales, con Vengi como capital. Sin embargo, la lucha contra los pallava no terminó aquí; ésta se reanudó, y Pulakesin, vencido, desapareció en el desastre; la guerra que continuó a pesar de la desaparición del monarca chalukya, dejó a ambos reinos exhaustos.

Artísticamente podemos encontrar, en la segunda parte del período clásico, el dominio del altorrelieve brahmánico, donde la escultura se opone a la dulzura y serenidad búdica dominando el ritmo violento y el dinamismo de los personajes.

Los Gandharvas son los cantores en el cielo de Indra, o músicos celestes de la India. Según el Vishnu Purana, eran hijos de Brahma y nacieron bebiendo la «diosa del habla», de ahí su nombre (gam dhayantat, “bebiendo el lengua­je”). Tuvieron como esposas a las preciosas aunque frágiles Apsaras, y cuando Indra estuvo en peligro de perder su trono y otros dioses pasaron por algún apuro semejante a causa de las austeridades de algún devoto, se encargó a algunas de las más atractivas visitarles y distraer sus mentes.

En Los Vedas, estas divinidades revelan a los mortales los arcanos del Cielo y de la Tierra, y la ciencia esotérica. Tenían a su cuidado la planta del sagrado Soma, cuyo jugo es la ambrosía o néctar que da la omnisciencia.

Cósmicamente, los Gandharvas son las potencias agregadas al fuego solar y constituyen sus fuerzas. Psíquicamente son la inteligencia que reside en el rayo solar. Místicamente, son la fuerza oculta en el Soma. Físicamente, son las causas del sonido y la «Voz de la Naturaleza». Por esto son denominados los 6.333 cantores celestes y músicos del paraíso de Indra (dios del firmamento, rey de los dioses siderales) que personifican los múltiples sonidos de la Naturaleza. En las alegorías posteriores se dice que tienen un místico poder sobre las mujeres y que son aficionados a ellas. El significado esotérico es claro. Son una de las formas, si no los prototipos, de los Ángeles de Enoch, los Hijos de Dios, que vieron que las hijas de los hombres eran hermosas (Génesis VI), se casaron con ellas y enseñaron a las hijas de la Tierra los secretos del Cielo.

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