Fotografia de la Pieza  

Cabeza

de mujer

 

 

India. Estilo Gahadevala.

Procedente de Rajorgarh.

Rajasthán.

Siglos XI- XII

 

Alto: 25, ancho: 23, prof.: 15

 

Mármol-Zirconio

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Es interesante comprobar que el arte medieval hindú conoció su apogeo en la misma época que el arte medieval de Occidente, es decir, entre los siglos X y XIII. Del mismo modo que el arte occidental estaba al servicio del cristianismo y que sus más bellas creaciones son las catedrales, el arte de la India trabajó casi exclusivamente para el hinduismo, dotándolo de soberbios templos, erigidos en todo el país.

De manera convencional, se suele situar hacia el año 1000 un cambio profundo en la vida y en el arte de la India. Sus causas históricas son: en primer lugar, el funcionamiento del país, que tras la hegemonía del reino de Thanesvara en todo el norte, cuyo final se hace coincidir con la muerte del rey Harsa (año 647), al tiempo que en el sur, los pallava alcanzaban su apogeo con Chalukya Pulakesin II, se produjo un desmembramiento geográfico entre las dinastías del norte y del sur, así como una etapa de gran inestabilidad política. En segundo lugar, los musulmanes empezaron atacando el Sind y penetraron en Punjab y Gujarat a fines del siglo X y principios del XI.

A mediados del siglo XI, el debilitamiento de los Gurjara Pratihara hizo posible la subida al poder de Candradeva, fundador de la dinastía Gahadevala, que reinó en Kanyakubja extendiendo su dominio hasta Maghada, y estableció su poder en el norte. Fue esta época en la que, al mismo tiempo que se ensalzaban las proezas militares, se favorecieron las artes y el saber.

El hecho de que la mayoría de las esculturas de piedra de esta época del arte hindú hayan sido concebidas como parte integrante de la arquitectura sagrada, no resta nada a su valor artístico. En realidad, casi todas las piezas conservadas en los museos y en las colecciones particulares son fragmentos procedentes de la decoración de los templos. Ciertamente es lamentable que hayan sido arrancadas del lugar de origen, pero no es menos cierto que a menudo se puede gozar mejor de su belleza contemplándolas como obras de arte autónomas.

Esta es una exquisita cabeza perteneciente a la escuela de Gahadeva­la y originaria de Rajorgarh, con un complejo tocado y trenzas hermosamente peinadas, adornadas con perlas, abundantes flores de todo tipo y tiernos capullos.

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