Fotografia de la Pieza  

Bodhisattva

 

 

 

India. Arte Gandhara. Taxila.

Siglos II-III

Museo de Nueva Delhi. India.

 

Alto: 22, ancho: 26, prof.: 12

 

Mármol

325 €

 

Literalmente, Bodhisattva quiere decir: «Aquel cuya esencia (sattva) se ha vuelto inteligencia iluminada (bodhi)», es decir, aquel a quien, según antiguas enseñanzas, sólo le faltaría una encarnación más para llegar a ser Buda perfecto, esto es, para alcanzar el Nirvana, la liberación de todas las ataduras terrenales.

En el período de transición correspondiente a los siglos I-IV se desarrollan nuevos estilos. En Pakistán (antiguo Gandhara) aparece la escuela llamada greco-búdica. La escultura es el arte que mejor representa a este período. En Gandhara se trabaja sobre pizarra; su estilo se caracteriza por prevalecer las influencias helenísticas tales como los ropajes mojados al modo clásico, con los rostros de nariz recta, la cabellera ondulada y las bocas firmemente dibujadas y subrayadas, en le caso de los hombres, por un fino bigote.

Esta pieza cumple bastante fielmente las características greco-búdicas. Estos bodhisattvas, santos budistas, son representados con una orla que circunda la cabeza; vestidos pero con el torso desnudo; cabellos largos y llevando joyas, ya que antes de su renuncia, Sakya Muni, era un príncipe real.

Por regla general, las más bellas y expresivas imágenes búdicas son representaciones de Bodhisattva: poseen una dulzura y una fuerza emotiva que se echa de menos en las de Buda, un tanto más austeras. Como muestra de ello tenemos este bello Bodhisattva encontrado en la ciudad de Taxila, que fue un antiguo centro de comercio y de enseñanza superior, situada en el agradable valle de Haro, a unos treinta kilómetros al noroeste de Rawalpuid, al pie de los montes Hazara. Esta ciudad fue ocupada por Alejandro tras su victoria sobre Poro y fue capital de provincia bajo los mauryas. Sirvió de residencia a los reyes indogriegos y luego a los escitas, y siguió siendo una gran ciudad hasta que los hunos la destruyeron en el siglo V.

© Taller HORUS