Fotografia de la Pieza  

Apsara

 

 

 

Arte Kmer.

Siglo XII.

Original en gres.

Angkor-Vat. Camboya.

 

Alto: 91, ancho: 32

 

Mámol-Zirconio

 

495  €

 

Las Apsaras (en sánscrito: «que se mueven en el agua») son las ondinas o ninfas acuáticas. Se habla de ellas en los Vedas, y en los poemas épicos de la India. Así, tanto en el Ramayana como en los Puranas, se atribuye su origen al “batir del océano”; habiendo nacido de la ligereza de su espuma, se las considera «esencia de las aguas».

Dice el Ramayana:

Entonces, de la agitada profundidad surgió la legión de Apsaras, así llamadas porque al líquido elemento debían su ser. Nacieron miríadas de ellas, todas engalanadas con vestidos y alhajas celestiales; pero más divino era todavía su nativo semblante, poseedor de todos los dones de gracia, juventud y belleza. Un innumerable séquito las seguía; sin embargo, aun siendo tan bellas, ni un solo dios ni demonio buscó su amor en el matrimonio, y ¡Ay Maghava! todavía hoy permanecen como tesoro común de los huéspedes del Cielo.”

Según la creencia popular son «las esposas de los dioses» y se las denomina Surânganâs («hermosas mujeres de los dioses»), y con un término menos honroso se las llama Sumadâtmajâs (o «hijas del placer») porque según se cuenta, ni los dioses (suras) ni los demonios (asuras) quisieron tomarlas por legítimas esposas.

En los Puranas se mencionan varias clases de ellas. El Vayu Purana enumera catorce, el Hari Vansa, siete. Se dividen también en daivika, divinas, y laukika, mundanas. Se dice que de las primeras hay diez clases y de las últimas treinta y cuatro; éstas eran las fascinadoras bellezas celestiales que embelesaban a los héroes. Urvasi, una de ellas, distrajo a austeros sabios de sus devociones y penitencias, y lo mismo hicieron Meneka y Rembha. El Kasi Khand dice que existen cuarenta y cinco millones de ellas, pero las principales son sólo mil sesenta. Las Apsaras son, pues, seres atractivos, hermosos y voluptuosos. Son las esposas o las queridas de los Gandharvas y no son nada recatadas en la dispensa de sus favores. Sus amoríos en la tierra han sido numerosos y son las recompensas que en el Cielo de Indra se dan a los héroes que caen en la guerra. Tienen el poder de cambiar sus formas y conferir buena suerte a sus favoritos.

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