relieve  

Relieve de

Eleusis

 

 

 

Grecia. 440 a.C.

Museo Nacional Heraclión.

Grecia.

 

Alto: 37, ancho: 29

 

Mármol

195 €

 

Los Misterios de Eleusis eran los más famosos y más antiguos de todos los Misterios de Grecia (excepción hecha de los de Samotracia). Durante aproximadamente dos milenios (entre el 1800 a.C y el 300 d.C.), en el mes de septiembre de cada año, tenían lugar en Eleusis -pequeña ciudad cercana a Atenas-, las celebraciones en honor de la diosa Deméter, Dea Mater: la «Diosa Madre» o «Madre Tierra», diosa de los frutos y de las mieses, más tarde llamada Ceres en Roma.

La historia de la Sagrada Eleusis se pierde en la noche de los tiempos míticos. Cuenta Homero que Zeus permitió a Hades -dios del Mundo Subterráneo- raptar a la hija de Deméter: Perséfone (también llamada Koré, «doncella», -la de las largas pantorrillas-, Proserpina entre los romanos). Estaba la joven cogiendo flores en la llanura de Nisa, acompañada de otras diosas, nereidas y ninfas, cuando en su carroza de negros corceles, Hades salió de ultratumba por una grieta de la tierra y arrebató a la doncella, llevándosela al inframundo, sin que a ésta le valieran ni lágrimas ni gritos.

El himno homérico describe todos los intentos de la madre para recuperar a su hija; hasta que por fin lo consigue, y ambas se abrazan jubilosas; pero Perséfone había tomado alimento en el mundo subterráneo, por lo que según dictan las Leyes tendrá que volver allí. Estará dos partes del tiempo en la superficie y un tercio en las profundidades de la tierra, como compañera de Hades. Zeus da su conformidad a este reparto, y finalmente Deméter devuelve al mundo su fertilidad.

Los Miterios de Eleusis reflejaban el periplo de Perséfone en los meses que pasaba bajo tierra y en los meses que afloraba a la luz del Sol, así como el drama de la madre ante la pérdida y recuperación de la bien amada hija. En síntesis, se ponían de manifiesto los misterios cíclicos de la vida y de la muerte, como dos facetas de una misma Realidad.

Había unas celebraciones públicas, pero también Ceremonias Secretas. Nada se sabe con exactitud respecto a lo que ocurría dentro del Templo, pues sólo contadísimos datos han podido escapar al juramento de silencio de los Iniciados, y nunca en el período de esplendor.

Según la mitología, la diosa Deméter, para evitar ser reconocida, había asumido la forma de una vieja, y mientras estaba sentada al borde del camino, derramando lágrimas, atrajo la compasiva curiosidad de las hijas de Celeo, rey de Eleusis. Éstas rogaron a la anciana que viniera a palacio, ofreciéndole cuidar a su hermano pequeño Triptolemo. Aceptada la oferta, cuando la diosa llegó a palacio besó tiernamente el pequeño semblante pálido del débil niño -heredero real- y a su roce se volvió rosado y sano, ante el gran asombro de la familia real y la corte. Más adelante, Deméter insta a Triptolemo -el héroe eleusino por excelencia- para que lleve las artes de la agricultura a todos los pueblos del mundo.

Este relieve, descubierto en Eleusis en 1888, constituye una de las obras sublimes de la escuela ática, contemporánea de las esculturas del Partenón (450-430 a.C.). En el centro de una composición de gran formato, Triptolemo recibe de Deméter las espigas -probablemente de oro, aunque perdidas en la actualidad-, mientras que a sus espaldas Perséfone coloca sobre la cabeza del muchacho la corona de la inmortalidad, también perdida ya de antiguo y probablemente también de metal precioso. La piedad, la gravedad, y la grandeza de los dioses del siglo de Pericles imperan radiantes en esta espléndida muestra de la escultura ática inspirada en Fidias.

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