La cultura y el arte de la antigua Italia -anterior a Roma- están
representados por numerosos objetos pertenecientes a la Magna Grecia y a
Etruria.
Los etruscos ocuparon el territorio comprendido entre los ríos
Tíber y Arno, la costa del Mar Tirreno y las montañas Apeninas,
alcanzando un gran esplendor entre los siglos VIII y VI a.C. Se
distinguieron por una cerámica original de color negro brillante (bucchero
nero), pero también desarrollaron una técnica excelente en el
trabajo con bronce, como lo demuestran una variedad de piezas: espejos,
candelabros, estatuas de dioses y héroes, etc.
Las tumbas etruscas nos han proporcionado gran cantidad de objetos
domésticos, mobiliario y otros enseres, que los etruscos utilizaban en
su vida cotidiana, por los que se conoce su forma de vestir -muy
influenciada por la cultura griega-, y cuáles eran sus diversiones
predilectas: espectáculo del Phersu, juegos gladiatorios,
banquetes, deportes, etc. Todo lo cual nos habla de una civilización
urbana, muy refinada, en la cual la presencia de la mujer juega
socialmente un destacadísimo papel.
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