Durante el período helenístico, los niños se convirtieron en uno
de los temas preferidos por los artistas griegos, y fueron representados
por primera vez de forma realista y no como adultos de pequeña
estatura. Esta escultura de mármol es una obra romana basada en un
original griego.
La figura durmiente -originalmente dotada de alas y apoyada contra
una antorcha invertida y apagada- es de un naturalismo tal que refleja
la preocupación helenística por remarcar características individuales
de lo representado. Ciertos matices como el cuerpo rechoncho del niño y
el modelado naturalista de los detalles, lo distingue de prototipos
griegos más idealizados. Algunos de estos cambios fueron iniciados por
Lisipo y tendían al aumento del realismo tanto en el modelado como en
el movimiento. La máxima ambición del artista consistía en ser capaz
de representar la multiplicidad de planos del cuerpo humano.
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