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Moneda

de

Dionysos

 

 

Naxos (Sicilia)

Siglo III-IV a.C.

 

Diámetro: 9

 

Bronce

15 €

Bronce

(sobre metacrilato)

25 €

 

En cierto modo, las monedas acuñadas por Grecia son su producto más característico. La independencia y, al mismo tiempo, la interdependencia de sus muchas ciudades-estado se reflejan tanto en la variedad de sus diseños como en la similitud de sus estilos sucesivos. Los griegos inventaron la acuñación de la moneda, ya que, si bien es cierto que en Egipto y Mesopotamia se usaron barras o lingotes de metal para el intercam­bio, al parecer, las ciudades mercantiles de la Jonia fueron las primeras que estamparon un pedazo de metal con una señal característica que garantizaba su pureza, su peso y su valor, en el siglo VII a.C., probablemente después del 650 a.C. Al principio bastaba para este propósito una simple señal, como por ejemplo un cuadrado incuso. Sin embargo, como era de esperar, en Grecia, estos simples símbolos se convirtieron pronto en emblemas artísticos.

Las acuñaciones eran sinónimo de soberanía. Por eso cada rey o cada ciudad independiente procuraba hacer emisiones con su nombre y con su tipología característica; así vemos, en Atenas la lechuza, en Egina la tortuga, y en Rodas la rosa. La actividad económica de cada ciudad también se refleja en la simbología de las monedas: el atún en Cícicos, la espiga en Metaponto.

Los primeros patrones monetarios fueron el statero de electrón (aleación de cuatro partes de oro y una de plata, de color parecido al ámbar) en Mileto y Focea; y el statero de plata de Egina, el más antiguo de la Grecia Europea, que tenía un peso de 12 gramos y fue adoptado por la mayor parte de las ciudades de la Península y de las Cícladas. El sistema euboico, cuya base era la dracma de 4,36 gramos y un tetradracma de 17,2 gr., fue utilizado en Eubea, Atenas, Corinto y las ciudades de Sicilia. La pieza de mayor peso de plata emitida en Grecia fue el decadracma (diez dracmas). La dracma se dividía en 6 óbolos. La mina y el talento fueron dos unidades de cuenta; la mina eginética valía 35 stateros, la mina ática 100 dracmas, y el talento 6.000 dracmas. En la época clásica las acuñaciones ordinarias fueron de plata, pero desde principios del siglo IV las exigencias del comercio fomentaron el desarrollo de las de bronce: calchos.

La moneda que aquí presentamos es un tetradracma, y fue acuñada en Naxos (Sicilia) alrededor del 460 a.C.

En su anverso muestra la cabeza de Dionysos.Este dios, hijo de la bella Semele y del omnipotente Zeus, ocupó un lugar en los Misterios de Eleusis junto a Deméter y Coré (Perséfone).

En sus significados más profundos, en la abstracción de los efectos del vino como bebida sagrada, Dionysos es el dios del entusiasmo (en-Theos: «Dios en el hombre») y refleja el ciclo del renacimiento después de la muerte.

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