Hipnos es la personificación del Sueño. Es hijo de la Noche y del
Érebo (o bien hijo de Astrea), hermano gemelo de Thánatos (la Muerte),
padre de los Sueños y amigo íntimo de Apolo y de las Musas.
Según Hesíodo, Hipnos y Thánatos son dos divinidades tenebrosas,
que nunca ven el Sol. Sin embargo, Hipnos revolotea por la Tierra y por
el mar, aletargando a los demás seres, aunque con el corazón lleno de
afecto hacia los mortales.
Homero lo representa viviendo en la isla de Lemmos. Más tarde se
hace retroceder su morada, ubicándose, ya en los Infiernos según
Virgilio, ya en el país de los cimerios según Ovidio, que da una
descripción detallada de su palacio encantado, donde todo duerme.
Situado en una región de Asia, su palacio es una caverna con
recónditos escondrijos, excavada en la montaña, lejos de los rayos del
Sol; emanan de la tierra vapores tenebrosos ante la entrada, y una ola
procedente del Leteo, el río del olvido, invita al reposo con su
murmullo siempre igual; no hay puertas ni guardianes y el dios Hipnos
reposa muellemente tendido en un lecho de ébano. En torno a él se
encuentran sus hijos, los Sueños, numerosos como las hojas en los
bosques y los granos de arena en las playas.
Es representado a menudo como un joven agraciado y robusto, de tez
oscura y con dos alitas en las sienes. El arte romano lo figura como un
niño que tiene un cuerno invertido, de donde mana el agua del olvido.
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