Este efebo guarda una gran semejanza con el llamado Efebo de
Anticytera (descubierto en el mar, cerca de Anticitere). En ambos, se
nos muestra un mismo tipo de cabellos, el ligero giro de la cabeza, y
una misma expresión del rostro, dulce y serena a la vez; la belleza
singular del enérgico y noble trazado, se subrayan con la profundidad
emotiva de la mirada.
La cabeza podría ser del estilo de Scopas, aunque se ha querido
reconocer en el gesto la influencia de Lisipo. No obstante, como ocurre
también con gran cantidad de esculturas griegas, no es posible
determinar el autor de la obra, teniendo en cuenta, además, que durante
el siglo IV a.C. predomina el llamado “estilo ecléctico”, acorde
con el ideal de belleza clásico.
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