El casco, kranos en griego, era uno de los principales
componentes de la armadura del hoplita, el soldado de infantería,
nervio central del ejército de la Grecia clásica.
Este que reproducimos es el casco corintio, muy extendido en aquella
época. Numerosas ilustraciones nos han llegado de ejemplares de
confección muy similar, si no idéntica. Concretamente en Delfos
podemos observar varios frisos donde éste aparece, en especial el de
Sifnos. Uno muy similar, aunque la parte inferior sea algo más cerrada,
es el que porta el conocido busto de Pericles, cuya realización se
atribuye a Cresilao. También en el Museo de Olimpia encontramos un
casco prácticamente idéntico, que se supone perteneció al famoso
general Milcíades, quien dirigió el ejército ciudadano ateniense de
dies mil hoplitas en la gran batalla de Maratón, donde obtuvieron una
aplastante victoria sobre el ejército persa que era muy superior en
número. También es de destacar que en las representaciones más
extendidas de Atenea -patrona de Atenas-, ésta porta un casco muy
similar.
Solía tener un espesor de 1 a 1,5 cm., y estaba compuesto de una
semiesfera que protegía la bóveda craneal, prolongada en su parte
delantera por encima de la frente, dejando al descubierto los ojos en
forma rasgada, y protegiendo las orejas, mejillas y nariz; en su parte
posterior se extendía hacia abajo protegiendo la nuca. Todo él es
compacto y de una sola pieza, aunque más adelante las orejeras se
harían articuladas. |