En la cabeza se han visto rasgos no griegos que hacen pensar en un
dinasta egipcio o en la cabeza de un jefe libio. La escultura posee una
vitalidad y una inmediatez que superan cualquier realismo. Casi fuera
del tiempo, el personaje es evocado con toda la riqueza de su
personalidad, con una increíble transparencia, como prescindiendo de
cualquier elemento de estilo y de formas tradicionales.