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Cabeza de

caballo

 

 

Grecia

(detalle de un bajorrelieve

del Partenón). 440 a.C.

Original en mármol.

Museo Británico. Londres.

 

Alto: 35, ancho: 33

 

Mármol

190 €

 

Aunque, al describir el Partenón, Pausanias no dice que las esculturas del exterior fueron obra de Fidias, hoy día las estatuas de los frontones del Partenón están de tal modo identificadas con dicho escultor, que no se discute su autoría. Es probable que se valiera de ayudantes y discípulos, pero de Fidias es el plan, la inspiración general y aun el estilo.

Algo muy grande y muy nuevo aparece en aquellos mármoles. Todas las obras anteriores de las escuelas de escultura del Ática y del Peloponeso pueden considerarse como una preparación para aquel resultado maravilloso. El gran invento de Dédalo: vida y movimiento, allí está, en los mármoles de Fidias en toda su perfección.

Las figuras de los frontones no están petrificadas: se doblan, se pliegan, se codean, se esfuerzan y descansan como seres vivos. Fuerza y vida parecen desprenderse, precisamente, de esta bella cabeza de caballo perteneciente al Partenón. La boca abierta, una espléndida crin, la tensión muscular y los pliegues del cuello, acentúan la vivacidad del movimiento.

© Taller HORUS