El llamado estilo geométrico (siglos X-VII a.C.) produjo multitud de
estatuillas de bronce, tierra cocida, marfil... que representaban de
manera esquemática animales, hombres o seres mitológicos fijados en
actitudes sumamente rígidas.
Los cuerpos están recortados en estrechas cinturas. Los contornos
son casi rectilíneos, marcando siluetas geométricas, formadas
principalmente por triángulos. Todos los elementos de la obra están
claramente estilizados.
Desde finales del siglo VII a.C., la escultura recibe la influencia
de Oriente, sobre todo Fenicia y Asiria. Pequeñas esculturas, como la
reproducción que presentamos, se cubren de adornos casi floridos, que
aun siendo geométricos, comienzan a desprenderse de su rígido
arcaísmo.
La estilización de la época geométrica va cediendo paso
progresivamente al deseo de reproducir la realidad de la manera más
vívida posible; pero la evolución es lenta, pues sólo se abandonan,
poco a poco, muchas de las convenciones tradicionales.
El arcaísmo del siglo VII a.C. se caracterizó por el estilo llamado
rígido o Dedálico. Este estilo es la síntesis de la unión entre la
influencia oriental y el estilo geométrico, constituyendo un paso
adelante hacia la consecución del ideal clásico, que tuvo su apogeo
siglos más tarde.
Así, durante este siglo VII a.C., se produjeron estatuillas de
arcilla, bronce, madera, piedra... rígidas, buscando simetría casi
total entre los dos lados, pero mucho más vivas que sus predecesoras
del estilo geométrico.
En la reproducción que presentamos, esa búsqueda de la viveza se
observa en el detalle de la pata levantada, que da a la pieza una
sensación de movimiento, algo arcaica, constituyendo un logro en la
lenta evolución del arte griego, que va desde el geometrismo hasta el
arte clásico. |