Este busto forma parte de una de las más famosas estatuas del
arcaísmo griego, uno de los raros grandes bronces que han sido
conservados hasta nuestros días del estilo Severo, a finales del siglo
VI a.C. El grupo -auriga, caballos y palafrenero-, estaba erigido en la
parte Noroeste del santuario, para conmemorar la victoria en los Juegos
Píticos del tirano siciliano Polyzalos de Gela (Sicilia), en el 474,
pero sólo se ha conservado el auriga. El excelente estado de
conservación de la estatua se explica por el hecho de que fue enterrada
en el 373, cuando el santuario fue destruido por un seísmo.
Es un bronce de grandes dimensiones, fundido por partes según una
técnica conocida desde hacía mucho tiempo: la cera perdida. El auriga
estaba de pie sobre su carro. A los pliegues pesados y acanalados de la
túnica se contrapone la inmovilidad majestuosa del rostro de rasgos
firmes, cuyo mentón sólido, las aristas de las cejas rectilíneas, los
rizos del cabello rebasando la cinta, recuerdan los rostros de estilo
Severo en la cerámica Atica. Pese a la actitud de reposo, la figura
está en tensión, y así lo refleja la expresión del rostro, en el que
afortunadamente se conservan los ojos. Todas estas cualidades hacen de
la obra un magnífico exponente de la categoría de los broncistas
griegos.
La prueba de la carrera de carros estaba considerada entonces como la
más gloriosa. La victoria del tirano surgió como un acontecimiento
político. Después de la caída de la tiranía, los habitantes de Gela,
considerando la inscripción como un recuerdo de su pasado, la hicieron
modificar, suprimiendo el nombre del príncipe.
|