atleta  

Atleta

helenistico

 

 

Grecia (probablemente Egipto).

Siglo I a.C.

Original en bronce.

Walters Art Gallery.

Baltimore. E.E.U.U.

 

Alto: 20,5, ancho: 6,5, prof.: 5

 

Bronce

180 €

Bronce fundición

 

El griego clásico no entendía la competición como en la actualidad. El griego alzaba la mirada a los héroes de la época arcaica, a los héroes de la Ilíada y la Odisea, y aspiraba a imitarles. De ellos aprendía dos cosas:

1ª) Sobresalir entre los demás para ser siempre el mejor -el "agon"- impregna toda la vida ("siempre"), y no se limita a un solo combate o a una sola competición.

2ª) Hasta el héroe más valeroso puede aspirar a la gloria más sublime si con ello beneficia de alguna forma a la comunidad.

En realidad, pues, sobresalir entre los demás compromete a una acción comunitaria, que es lo que más tarde definió Aristóteles como "ser comunitario" (zoon politikon); al fin y al cabo, la misma palabra griega "agon", aplicada a los héroes homéricos, quiere decir ser el mejor (aristeuein), no ser el primero (proteuein).

Además de los Juegos Olímpicos se celebraban los Juegos Píticos, también cuadrianuales; los Nemeos, bienales; los Itsmicos, en las cercanías del itsmo de Corinto; los Panatenaicos, etc. Y fueron atletas famosos: Milón de Crotona, Teágenes de Tasos; Diágoras de Rodas y sus hijos; Políclamos de Escotusa, etc. Los atletas destacados también se distinguieron siempre en cargos políticos o de importancia semejante. Durante los primeros siglos sólo había atletas entre la aristocracia de sangre real, y luego se incorporó la plutocracia. Perfeccionarse en una especialidad deportiva requería tiempo y dinero, y los que tenían que trabajar para ganarse el sustento, simplemente, no podían permitírselo, aunque había excepciones.

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