afrodita  

Afrodita

(torso)

 

 

 

Grecia.

Siglos III-II a.C.

Original de mármol.

 

Alto: 34, ancho: 18, prof.: 17

 

Mármol

395 €

 

Bronce

450 €

 

A la muerte de Alejandro la frágil construcción de un Imperio Griego Universal se hundió, y sus lugartenientes se repartieron este demasia­do vasto Imperio. No obstante, un mundo nuevo había nacido: El mundo helenista. El término "helenista" era el que, después de las conquistas griegas, designaba a los orientales alcanzados por la civilización helénica.

El mundo helenístico es pues un mundo donde el universo griego y el oriental, que nunca se habían ignorado, entraron en contacto más estrecho y a veces incluso se fundieron en uno.  Los antiguos centros de arte declina­ron en beneficio de las nuevas capitales: Pérgamo, Alejandría, Antioquía, Rodas, etc.  En este nuevo entorno el arte griego se transformó, abandonando su fuerza creadora y buscando más la perfección técnica.

La escultura helenística refleja particularmente bien esta nueva tendencia. Desde la vía abierta por el arte del siglo VI, especialmente por el ateniense Praxíteles que fue el primero en atreverse a representar a las diosas desnudas, el arte helenístico produjo a su vez innumerables Afroditas desnudas. Pero mientras Praxíteles buscaba alcanzar el bello ideal, el arte helenístico, que contaba con una clientela mucho más numerosa, sólo se proponía satisfacer un realismo y una sensualidad refinada.

Sin embargo, la gracia y frescura de esta Afrodita, de cuerpo inclinado y esculpida en mármol, son dignas de mencionar. Su elegancia, la armonía de los volúmenes, revelan un sentido satisfactorio a la contempla­ción. Entre las obras más conocidas de la época helenística hay que citar a la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, el Laocoonte, el Toro Farnesio, el Gran Altar de Pérgamo, etc.

© Taller HORUS