figura  

Afrodita del

Esquilino

 

 

Grecia.

(Réplica de un original griego

del siglo I a.C.)

Original de mármol.

Museo del Louvre. París.

 

Alto: 108, ancho: 35, prof.: 32

 

Mármol

1750 €

 

Todos los pueblos indoeuropeos adoraron una deidad, con frecuencia simbolizada por la Luna, que encarnaba no solamente la idea de la fertilidad femenina sino también la Fertilidad Cósmica o Universal. Fue conocida por Astarté entre los fenicios, Asragath entre los sirios, Isthar entre los asirios... Fue venerada posteriormente por los italiotas bajo los nombres de Flora, Venus, y Juno en cuanto preside las funciones de la maternidad. Homero la llama hija de Júpiter y de Dione, pero ya antes aparece como nacida de la espuma del mar (Afrogenia), como salida del seno de las olas (Anadiómene), y según la tradición primitiva de los fenicios, llegada a aquel país navegando dentro de una concha. En el fondo de las fábulas se descubren ideas y nociones cosmológicas sobre los elementos primordiales del mundo, y Afrodita representa el Principio Húmedo, causa de toda generación y fecundidad en la Naturaleza.

Afrodita es también la diosa del Amor. Platón habla de la existencia de dos Afroditas distintas: la nacida de Urano (el Cielo), Afrodita Urania, diosa del amor puro, y la hija de Dione, la Afrodita Pandemo (es decir, la Afrodita popular), diosa del amor vulgar. De los amores de Ares y Afrodita nacieron Eros y Anteros, Deimo y Fobo (el Terror y el Temor), Harmonía, y Príapo, el dios de Lámpsaco, protector de los jardines (pues en ciertas tradiciones Afrodita es considerada la diosa de los jardines, si bien esto sea en rigor aplicable a su encarnación italiana, Venus). La mitología cuenta que cuando Mirra, convertida en árbol, hubo dado a luz a Adonis, Afrodita recogió al niño que era bellísimo y le confió a Perséfone. Los animales favoritos de la diosa eran las palomas; un tiro de estas aves arrastraba su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.

La estatua de Afrodita que aquí contemplamos es una réplica antigua de un original griego del siglo I a.C., respondiendo por completo al canon de belleza ideal clásico, en el que la desnudez carece de toda morbosidad. En este caso el autor tomó como modelo a una mujer joven, aunque hay Afroditas representadas como una mujer madura, tal es el caso de la estatuilla marmórea denominada Afrodita en el baño (Museo de Rodas), de Dedalsa, donde vemos los pliegues en el cuerpo de Afrodita agachándose; a pesar de esta diferencia existe una semejanza de estilo entre ambas obras.

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