Claudio Michel, más conocido por Clodion (1738-1814), nació
en Nancy, Francia, en el seno de una familia de escultores, y estudió
en París y Roma.
Artista infatigable, trabajó para numerosas personalidades por lo
que llegó a gozar de excelente reputación, alcanzando sus obras
elevados precios ya en vida del artista. Fue protegido de manera
especial por la reina, que le encargó numerosas obras, así como los
príncipes y señores de la corte. Catalina II, emperatriz de Rusia, le
propuso establecerse en su corte. Huyendo de los desórdenes de la
Revolución Francesa se refugió en Nancy, cayendo prácticamente en el
olvido.
Los dos medallones que aquí presentamos nos muestran a dos
jóvenes con los cabellos sueltos, y denotan el estilo propio del autor.
En general, sus obras desprenden un sentimiento delicado y una línea
elegante y armoniosa, típicamente neoclásica. Su producción se basó
principalmente en un gran número de pequeñas esculturas de motivos
profanos, como faunos, bacantes, sátiros..., realizadas en mármol,
bronces y terracotas. Están presentes en multitud de museos de todo el
mundo, así como en muchas colecciones particulares, siendo de elevada
cotización.
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