La crucifixión ha inspirado algunas de las obras de arte cristianas
más hermosas de la historia. Sin embargo, hasta después de 400 años
de la muerte de Cristo en la cruz no se representó la crucifixión en
forma alguna. Por espacio de 300 años los cristianos fueron una
secta perseguida, y su fe sólo se representaba por medio de símbolos;
e incluso tras llegar a ser el cristianismo religión oficial del
Imperio Romano, los artistas razas veces tomaban la crucifixión como
tema de sus obras.
Este panel, grabado en un cofrecillo de marfil, aproximadamente del
año 420 de nuestra era, es una de las primeras representaciones
conocidas de Cristo en la cruz. Se lee en él la inscripción latina
«Rey de los Judíos»; a la izquierda, Judas Iscariote se ha ahorcado
de un árbol.
Generalmente, las crucifixiones se llevaban a efecto a extramuros de
las ciudades en las provincias romanas, y los cuerpos de los
ajusticiados quedaban clavados en la cruz como testimonio de la
expiación del delito. Es fama que el más sacro santuario de la
cristiandad, la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, se yergue en
el emplazamiento mismo del Gólgota, «el lugar de la calavera», donde
Cristo fue ejecutado. También se conserva en dicha iglesia la
tumba donde fue depositado el cuerpo de Cristo, y cuya piedra se halló
apartada el día de la Resurrección. |