Fotografia de la Pieza  

Bautismo

 

 

Norte de Europa.

Siglos XV-XVI.

Original de marfil.

Museo Británico.

 

Alto: 12, ancho: 8, prof.: 2

 

Mármol-Resina

90 €

 

El tema del Bautismo es uno de los mejor fijados en la iconografía cristiana. La escena nos muestra a San Juan Bautista con el típico atuendo de pieles, vertiendo agua sobre Jesucristo con un recipiente que porta en su mano derecha, generalmente una concha. Hasta finales del siglo XV, a Jesús se le representaba cubierto por las aguas del río que subían en forma de campana hasta su cintura. A partir de esta fecha Cristo es representado con el agua cubriéndole hasta los tobillos, es decir, de forma más natural. Un tercer elemento característico es la paloma, siempre representada sobre la cabeza de Jesús.  En esta representación no aparece la paloma, en parte por la necesidad de encajar la composición en el fondo arquitectónico, y en parte como anuncio de la libertad con que el Renaci­miento tratará los temas heredados de la Edad Media, modificando, ampliando o suprimiendo elementos. El tratamiento del paisaje, esquemático pero con voluntad de representar la Naturaleza, nos habla también de las nuevas corrientes renacentistas en las que este relieve se inserta, fundamentalmente por el espíritu, aunque conserve su forma gótica.

Esta pieza es un portapaz de marfil que representa la escena del Bautismo de Jesucristo. El portapaz era una lámina de oro u otro material precioso, con alguna imagen o signos de relieve, que en la celebración de las Misas solemnes se daba a besar a los fieles en el momento de la salutación o en la ceremonia de la paz.

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