Vaso cánope

(Duamutef)

 

 

 

Egipto. Época Baja.

Entre los siglos VIII y IV a.C.

Original en alabastro.

Museo del Louvre.  París.

 

Alto: 23, ancho: 13, prof.: 13

 

Mármol

195 €

 

Mármol-Bronce

- Zirconio

295 €

 

Los griegos llamaron «vasos canópicos» (o cánopes) a cierto tipo de vasos que en Egipto eran utilizados en el proceso de momificación. La momificación era un medio que permitía al difunto efectuar, en las mejores condiciones posibles, su viaje al más allá, para acceder a la inmortalidad. Duraba setenta días, durante los cuales el cuerpo era tratado por sacerdotes y técnicos. De las narices, con toda pericia, levantada la parte carnosa, se extraía poco a poco el cerebro, con un tipo de gancho. Del vientre, por el costado izquierdo, se sacaban las vísceras. Tras muchos baños y tratamientos, los restos extraídos, perfectamente limpios y sumergidos en esencias aromáticas, se introducían en los cuatro vasos canópicos, cuyas tapas representaban a los cuatro Hijos de Horus (los Cuatro Elementos, las Cuatro Fuerzas): uno con cabeza de chacal, Duamutef; otro con cabeza de ave (generalmente, halcón), Quebsenuf; otro con cabeza de mono del tipo cinocéfalo, Hapi; y el último con cabeza humana, Amset.

 

Nada se dejaba al azar, y cada vaso debía estar colocado en el lugar que le correspondía. Además, había cuatro diosas encargadas de su custodia, cada una de las cuales ocupaba una dirección.

 

 

Figura

Dirección

Órgano

Diosa

Dirección

Chacal

Halcón

Mono

Hombre

Duamutef (Este)

Quebsenuf (Oeste)

Hapi (Norte)

Amset (Sur)

Estómago

Intestino

Pulmones

Hígado

Neith

Selkit

Neftis

Isis

S - E

N - E

N - O

S - O

 

 

Las piezas que aquí presentamos son dos de estos vasos. La tapa de uno de ellos representa a Duamutef, con cabeza de chacal. Y la otra a Quebsenuf, con cabeza de halcón. Este segundo vaso habría pertenecido a la mujer de Taremten-Bastet, hija de un cierto Ptahirdis, cuyos nombres se mencionan en la inscripción jeroglífica de cinco columnas que figura en la planta. La ausencia de indicaciones complementarias impide, desgraciadamente, saber más sobre estas dos personas, y no se puede más que situarlas entre los siglos VIII y IV a.C.

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