Ushabti de

Khamouaset

 

 


Egipto.

Dinastía XIX. 1290 - 1224 a.C.

Original en esquisto.

Museo del Louvre. París.

 

Alto: 26, ancho: 9, prof.: 6

 

Zirconio

125 €

 

Esta figurita funeraria representa al príncipe heredero Khamouaset, hijo de Ramsés II. El príncipe fue enterrado en el Serapeum de Menfis, donde ejercía como Gran Sacerdote del Dios Ptah.

De profunda erudición y amante de los textos antiguos, se ocupó de restaurar las tumbas de la necrópolis menfita, y especialmente la pirámide de Unas, construida mil años antes. Desde este punto de vista, se puede decir que Khamouaset fue el primer arqueólogo del Antiguo Egipto.

Este ushabti -sirviente que el difunto se llevaba al más allá- representa al heredero con una peluca corta y un mechón de pelo que le cae por el lado, atributos de los Grandes Sacerdotes de Ptah. Sostiene en sus manos el Pilar de Osiris y el Nudo de Isis, como si se encomendara a ellos. Un pendiente con los jeroglíficos del Reposo Temporal y de la Vida evoca la condición del difunto, de la cual surgirá victorioso.

La envoltura momiforme lleva una inscripción (capítulo VI de El Libro de los Muertos, la fórmula más común en estas estatuillas) que recuerda que debía sustituir al muerto en las tareas más duras. Otro texto se refiere al culto de Ra: Que puedas ver el Disco, que puedas adorar al Sol. Esta fórmula, aparecida en el reinado de Amenofis III, nos muestra la prolongación de las creencias funerarias de la época de Amarna y su reforma en la religión ramésida.

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