Tapa del

sarcófago

egipcio

 

 

Egipto. XXII Dinastía

950-730 a.C.

 

Alto: 21,5, ancho: 12, prof.: 1,5

 

Mármol-Bronce

100 €

 

La denominación «sarcófago» tiene origen griego, y significa «comedor de carne». En tal sentido, en Egipto tendríamos que llamar sarcófago tan solo al féretro que usualmente estaba en contacto con la momia. El féretro o sarcófago es como una nave para surcar los espacios psíquicos que separan la vida de la muerte. Es una caja de protección contra los vientos de lo que los ocultistas actuales llaman Mundo Astral, evitando el contacto con larvas y malos espíritus. Debemos considerar que para los egipcios, así como para los esoteristas de todas las épocas, el Alma, mientras es humana, no se separa fácilmente del cuerpo físico ni del conjunto de sensaciones, afectos, recuerdos, entusiasmos y desdichas que la vida terrestre pudo engendrar; hace falta ayudarla a elevarse con el fin de evitarle, en lo posible, dolores y trabajos. En esa Oculta Ciencia se habían especializado los sacerdotes egipcios.

Los sarcófagos egipcios se hallan repartidos a miles por todos los rincones del planeta, provenientes de las excavaciones del siglo XIX y primera mitad del XX, en su casi totalidad.

Esta bella pieza representa la tapa de uno de ellos. Como única figura, aparece representado Horus en forma de halcón, portando la corona doble del Alto y Bajo Egipto (blanca y roja), con el Oreus, o cobra erguida sobre la frente. Guarda una gran similitud con la más conocida Estela del Faraón Uto (Museo del Louvre), y con la Estela del Faraón User-il (University Museum, Filadelfia).

© Taller HORUS