Siguiendo el canon de proporciones egipcio, esta bella pieza, cuyo
original mide 48 cm de alto, representa a una mujer, probablemente una
princesa, perteneciente a la IV Dinastía. El cuerpo, de acentuado
modelado, se halla representado en la actitud clásica: erecto, con los
pies juntos, y los brazos caídos junto a los costados.
Para representar el cuerpo humano, ya desde los tiempos
prehistóricos y pasando por la época dinástica, en Egipto se
estableció un canon o modelo, quedando fijadas las proporciones y las
formas humanas más características. El modelo de una figura humana de
pie era dibujado en una hoja de papiro o en una placa de piedra dividida
en dieciocho hileras de cuadrados. Desde la parte superior de la frente
(donde empiezan los cabellos) hasta el cuello: dos hileras de cuadrados;
del cuello a las rodillas: diez hileras; de las rodillas a la planta de
los pies: seis hileras; y para los cabellos, se añadía sobre la frente
una hilera de cuadrados más, no incluida entre las dieciocho
anteriores. Este sistema de proporciones permaneció hasta la Época
Baja, aunque, a partir de la XXVI Dinastía saíta, el número de
cuadrados pasó de dieciocho a veintiuno y un cuarto. |