Las paletas eran esculpidas, por lo que sabemos, para conmemorar
acontecimientos históricos importantes, como conquistas, celebraciones,
etc.
Ente los objetos sagrados que el egiptólogo Quibell descubrió en el
templo de Hierakómpolis, sin duda el más importante es la paleta del
rey Nar-mer. De este rey se supuso durante mucho tiempo que había sido
antecesor de Menes, que era el primer nombre de las listas reales
conocidas. Hoy, a la luz de los más recientes descubrimientos, se ha
llegado a la conclusión de que Nar-mer es el mismo Menes. Esta paleta
es, sin duda, el monumento clave que tenemos del período arcaico
egipcio.
Tanto Menes como sus descendientes directos ocupaban hasta hace poco
en la historia “oficial”, un lugar mitológico; las fábulas y
leyendas de estas primeras Dinastías se habían creído pura invención
de los genealogistas faraónicos. Y sin embargo, recientes excavaciones
nos han desvelado monumentos de los cuales no se tenía ni la más
remota sospecha.
Menes, primer faraón conocido, inmediato sucesor del Egipto
pre-dinástico, «cuando los Dioses estaban con los hombres y les
guiaban», reunió bajo su mando el Alto y el Bajo Egipto hacia el 3200
a.C., ciñéndose con la doble corona blanca roja, inaugurándose así
la Dinastía I. Por lo que sabemos de él, Menes aparece como el
arquetipo del monarca egipcio, legislador y soldado, gran constructor, y
se supone que bajo sus órdenes se construyó el legendario templo de
Ptah, en Menfis, del que ningún indicio se ha encontrado todavía.
En la parte central superior de esta paleta aparece una descripción
encuadrada que se tradujo como Nar-mer, flanqueada por dos
cabezas de vaca con rostro humano, emblema sin duda de la diosa Hathor.
El rey ciñe la corona blanca del Alto Egipto y golpea con la maza a un
enemigo postrado a sus pies. Enfrente hay un halcón que cuenta los que
van siendo vencidos (seis clavijas equivalentes a seis mil vencidos), y
detrás del rey, se encuentra su escudero o portasandalias. Abajo huyen
aterrorizados sus enemigos. En la parte posterior de la paleta, el rey
ciñe la corona roja del Bajo Egipto, y precedido por sus
portaestandartes, parece inspeccionar a los caídos en el campo de
batalla. Más abajo hay unos animales leoninos que con sus cuellos
forman una figura de caduceo, y más abajo aún hay un toro en posición
de embestir. Posiblemente esta paleta conmemore una importante batalla
ganada en el delta del Nilo por el propio Menes. |