Paleta de

Namer

 

Egipto.

Templo de Hierakómpolis.

Dinastía I.

Original (de 64 cm de altura)

en esquisto.

Museo de El Cairo.

 

Alto: 27, ancho: 17

 

 

Mármol

160 €

 

Las paletas eran esculpidas, por lo que sabemos, para conmemorar acontecimientos históricos importantes, como conquistas, celebraciones, etc.

Ente los objetos sagrados que el egiptólogo Quibell descubrió en el templo de Hierakómpolis, sin duda el más importante es la paleta del rey Nar-mer. De este rey se supuso durante mucho tiempo que había sido antecesor de Menes, que era el primer nombre de las listas reales conocidas. Hoy, a la luz de los más recientes descubrimientos, se ha llegado a la conclusión de que Nar-mer es el mismo Menes. Esta paleta es, sin duda, el monumento clave que tenemos del período arcaico egipcio.

Tanto Menes como sus descendientes directos ocupaban hasta hace poco en la historia “oficial”, un lugar mitológico; las fábulas y leyendas de estas primeras Dinastías se habían creído pura invención de los genealogistas faraónicos. Y sin embargo, recientes excavaciones nos han desvelado monumentos de los cuales no se tenía ni la más remota sospecha.

Menes, primer faraón conocido, inmediato sucesor del Egipto pre-dinástico, «cuando los Dioses estaban con los hombres y les guiaban», reunió bajo su mando el Alto y el Bajo Egipto hacia el 3200 a.C., ciñéndose con la doble corona blanca roja, inaugurándose así la Dinastía I. Por lo que sabemos de él, Menes aparece como el arquetipo del monarca egipcio, legislador y soldado, gran constructor, y se supone que bajo sus órdenes se construyó el legendario templo de Ptah, en Menfis, del que ningún indicio se ha encontrado todavía.

En la parte central superior de esta paleta aparece una descripción encuadrada que se tradujo como Nar-mer, flanqueada por dos cabezas de vaca con rostro humano, emblema sin duda de la diosa Hathor. El rey ciñe la corona blanca del Alto Egipto y golpea con la maza a un enemigo postrado a sus pies. Enfrente hay un halcón que cuenta los que van siendo vencidos (seis clavijas equivalentes a seis mil vencidos), y detrás del rey, se encuentra su escudero o portasandalias. Abajo huyen aterrorizados sus enemigos. En la parte posterior de la paleta, el rey ciñe la corona roja del Bajo Egipto, y precedido por sus portaestandartes, parece inspeccionar a los caídos en el campo de batalla. Más abajo hay unos animales leoninos que con sus cuellos forman una figura de caduceo, y más abajo aún hay un toro en posición de embestir. Posiblemente esta paleta conmemore una importante batalla ganada en el delta del Nilo por el propio Menes.

© Taller HORUS