Al oeste de Tebas, en la entrada del Valle de las Reinas, en un
impresionante paisaje rocoso y desértico, se ha conservado a lo largo
de treinta y tres siglos la tumba de la reina Nefertari, la mujer más
respetada del antiguo Egipto.
Se trata de una sepultura subterránea excavada al pie de los
acantilados que se alzan a la entrada del valle, y constituye sin duda
alguna la empresa arquitectónica y decorativa más grande que
conservamos de cuantas se consagraron a las esposas de faraones.
La tumba de Nefertari fue descubierta en 1904 por una misión
italiana a las órdenes de Ernesto Schiaparelli. La tumba había
sido saqueada desde tiempos antiguos, y el rico ajuar funerario que
debió de acompañar a la esposa preferida de Ramsés II, había
desaparecido casi en su totalidad. A pesar de todo, se pudieron
recoger algunos fragmentos del sarcófago, esculpido en granito de
Assuán, en el que se guardaba la momia. De la misma forma sólo se
halló un fragmento, pues había sido totalmente profanada, y del ajuar
únicamente quedaban algunas placas de oro y plata adornadas con simples
motivos trianguliformes y con el nombre de la reina, una treintena de ushabtis
y algunos vasos de alabastro y de cerámica.
El poderoso faraón Ramsés II consagró a HATHOR el templo menor de
Abú Simbel, y se lo dedicó a Nefertari. Allí, identificada con la
diosa HATHOR, Nefertari por la que el Sol se eleva participó del
culto divino como ninguna otra mujer en Egipto.
Sabemos que Nefertari fue la segunda esposa entre las muchas que tuvo
Ramsés II, el faraón más épicamente evocado por los poetas y
artistas del antiguo Egipto. Sin embargo, en todas partes Nefertari
aparece como esposa preferida durante los primeros treinta años del
reinado de aquel poderoso faraón: en las ceremonias y actos que los
relieves épicos de los templos nos relatan. Hacia el jubileo de
Ramsés II en el año XXX, celebrado con singular solemnidad, ya había
muerto Nefertari.
Concretamente, este fragmento que representamos está localizado a la
derecha de la puerta de entrada de la primera sala de la tumba de la
reina.Nefertari, de pie, levanta sus brazos en señal de adoración ante
una capilla en la que está OSIRIS sentado y ANUBIS de pie. La
reina va vestida con una túnica blanca de ceremonia; porta la peluca de
buitre coronada por dos altas plumas, en la que el pájaro sagrado,
protector del rey en la batalla, parece desparramar sus alas sobre la
cabeza de la reina.
En jeroglífico, la parte final de la invocación nos revela: La
Osiríaca, la Gran Esposa Real, Señora de las dos Tierras,
Nefertari-Mery-en-Mut, Justificada ante el Gran Dios. |