Isis

amamantando

 

 

 

Egipto. Bajo Imperio.

Siglos VII-VI a.C.

Original en feldespato

Museo del Louvre. París.

 

Alto: 18, ancho: 7, prof.: 10

 

 

Bronce

175 €

 

Isis, hermana y esposa de Osiris, es la segunda deidad de la «Tríada Osiriana». Es la Diosa Virgen-Madre; la Naturaleza personificada.  Simboliza la Tierra, la materia primordial fecundada por el Espíritu, y de ella nacerá el mundo (Horus).

Horus simboliza el Sol, y en el solsticio de invierno, nuestra Navidad, su imagen en forma de niño recién nacido era sacada del templo para exponerla a la adoración del pueblo. Horus es el «Christos», y como sucede en la religión cristiana, la egipcia esperaba que al fin de los tiempos encarnara en la Tierra para gobernarla en nombre de su Padre (Osiris), dando lugar a una nueva Edad de Oro.

El aspecto maternal de Isis se nos muestra en esta pieza, en la que Isis amamanta al niño solar, Horus. Esta imagen de Isis y Horus niño nos recuerda la más conocida de la Virgen con el Niño Jesús. En realidad, con la llegada del cristianismo, el título de Mut-Netcher o «Madre de Dios» sería transferido a la Virgen María.

En los laterales y parte trasera del trono sobre el que se sienta la diosa vemos representadas varias flores de loto. Además del Ankh («Llave de la Vida»), y el Nudo de Isis, el loto era una planta cuyo contenido simbólico estaba asociado a esta diosa. El loto simboliza el renacimiento del Sol, la fecundidad y la fertilidad, ligadas a la tierra y al agua. Al igual que el nenúfar -más utilizado entre los mayas-, el loto pertenece a la especie de las ninfeas que, sobre las aguas, abren su corola al alba y la cierran al atardecer. En algunas culturas de la antigüedad esta planta con pétalos de color blanco lechoso se identificaba como «la leche de las mujeres», y sus hojas se daban a comer a las mujeres lactantes y a hembras del ganado que habían parido.

Perteneciente al Bajo Imperio, esta escultura denota un estilo que regresa nuevamente a las formas arcaicas, como se aprecia en el tratamiento de la faldilla y en el peinado, más abreviado y simple que los que aparecen en el Imperio Medio y en el Imperio Nuevo.

© Taller HORUS