Ibis en

reposo

 

Egipto. Época Tardía.

Siglo VI a.C.

Original en bronce y

madera estucada.

Museo de El Cairo.

 

Alto: 11, ancho: 6, prof.: 19

 

 

Mármol 

Bronce-Fundición

450 €

 

El ibis, ave posiblemente originaria del delta del Nilo, la más sagrada entre todas las aves, debía tener la cabeza y el cuello sin plumas de color negro, las patas debían ser grises con matices azulados y el cuerpo blanco con plumas de color negro azulado que recaían sobre las alas. Cuando en vida era consagrada al dios Thot, una vez muerta, se la momificaba y enterraba luego en cántaros de barro.

En Sakara existe una necrópolis de ibis. En Hermópolis Magna, la que fue capital del Alto Egipto (Dinastía II) y de que era deidad principal Thot, existía un templo dedicado a este dios; en 1931 se pusieron al descubier­to algunos elementos del templo y también aparecieron unas galerías subterráneas destinadas a las sepulturas de los ibis y cinocéfalos, así como un estanque destinado a la crianza de los ibis.

Al dios Thot se le representó como cinocéfalo (mono babuino con cabeza de perro) y más frecuentemente en forma de ibis. Así pues, el ibis es una de las representaciones de Thot, el dios lunar que separa al Sol diurno del nocturno.

Si hay un dios plural y fiel amigo de los hombres ese es Thot, es el increado que existe en el cosmos, la sabiduría, el inspirador de la cronología, inventor del arte de escribir y escritor él mismo, protector de los escribas, fundador de la Astronomía y de todas las ocupaciones intelectuales. En el mito de Osiris es él quien preside el peso del corazón del difunto y quien registra el resultado, convirtiéndose en juez de los destinos y mano derecha de la justicia. Thot, al que los griegos llamaron Hermes, se convertirá en Trimegisto, es decir, tres veces grande.

La pieza original, espléndida reproducción en bronce y madera de un ibis, fue descubierta en Tunah el-Gebel (cerca de Hermópolis) y pertenece a la época tardía saíta o principios de la época ptolemaica.

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