Gata Bastet

amamantando

 

Egipto.

Época Baja (1080 - 332 a.C.)

Original en bronce.

Museo del Louvre. París.

 

Alto: 5, ancho: 10, prof.: 5

 

 

Bronce

90 €

 

Divinidad local de la ciudad de Bubastis, en el delta del Nilo, la gata Bastet, representada aquí con sus gatitos, simboliza el amor maternal. Aunque está extendida sobre su costado con sus pequeños jugando y mamando, sin embargo tiene una mirada inquieta y una pata lista para el ataque.

Según la «leyenda de la diosa lejana», Bastet sería una forma dulcificada de la feroz Sekhmet, la diosa leona, traída de Nubia en donde reinaba por Thot-Onuris; éste último, en el paso de la primera catarata, la depositó en el Nilo para aplacar sus pasiones: esta leyenda ilustra el camino del flujo de la inundación desde su nacimiento hasta el Delta.

Alcanzó su apogeo en el siglo IV a.C., siendo su templo en Bubastis el más fastuoso, según cuenta Herodoto. Como ofrendas a la diosa, sus devotos momificaban a sus gatos enterrándolos a la sombra de su santuario, hecho constatado por las miles de diminutas momias encontradas por los arqueólogos. Hay que tener en cuenta que los gatos domésticos eran muy frecuentes en los hogares egipcios, pues estaban considerados como protectores de la familia, y simbolizaban la presencia de la chispa divina.

Este exvoto pertenece a la serie de los numerosos bronces de la Época Baja en los que la diosa Bastet figura representada como un gato sentado o, también, bajo el aspecto de una mujer con cabeza de gato. El original puede contemplarse en el Museo del Louvre, y otro muy parecido, aunque con cuatro crías en lugar de tres, se halla expuesto en el Staatliche Museen, de Berlín.

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