Estela del

Ankh

 

 

Egipto. Procedente de Abydos.

IMPERIO MEDIO

Dinastia XI

Hacia 2.133-2.000 a.C.

Colección privada

 

Alto: 41, ancho: 29

 

 

Mármol-Bronce

395 €

 

Esta estela del Imperio Medio pertenece a un gran dignatario egipcio, y fue encontrada en Abydos. Su objeto central lo constituye el Ankh, la cruz egipcia, también llamada «cruz ansata» o cruz con asa, y Llave de la Vida.

La cruz es un antiguo símbolo encontrado en numerosas culturas y tradiciones. Su significado más general es la conjunción de contrarios: lo positivo (vertical) y lo negativo (horizontal), lo superior y lo inferior, la vida y la muerte. Esta conjunción de contrarios ha dado al símbolo también un sentido agónico de lucha y de instrumento de martirio.

En Egipto el Ankh era símbolo de inmortalidad, de una eternidad sin principio ni fin. En el sistema jeroglífico egipcio el Ankh significaba «vida» y «vivir», y entraba en la composición de palabras como salud, felicidad y análogas.

También representa la figura esquematizada de un hombre, y simboliza el despertar de la conciencia, representada por el círculo que emerge sobre el horizonte del Océano Primordial.  Este despertar es el primer paso hacia el «conócete a ti mismo»; en una segunda fase, esa nueva conciencia, esa capacidad de vida, ese Ankh se convertirá en herramienta que partirá hacia una nueva búsqueda: la Iniciación en el Espacio.  En esta Iniciación el candidato se convierte en «Horus el Combatiente», el que, habiendo descubierto el Universo, debe ahora cumplir una misión, vencer una prueba y llegar a ser dueño de sí mismo, de aquello que lo ata al mundo de la materia (este mito prefigura el de los héroes griegos clásicos tales como Teseo frente al Minotauro, o Heracles). El candidato, victorioso, podía gritar naturalmente:

«¡Oh Osiris!
Señor de todo lo manifestado,
Grande y Majestuoso,
¡Ya he llegado!
Soy el Disco cada día,
he surgido de Nun (Océano Primordial)
y mi alma... ¡es Dios!
»

Por último, el trazo vertical del Ankh nos habla del sendero que debe recorrer el hombre para acceder a la divinidad.

A ambos lados del Ankh aparecen dos ushabtis, y en la parte superior vemos el Escarabajo Sagrado.  En Egipto el Escarabajo Sagrado era el más venerado, así como el más frecuente y familiar de todos los símbolos.  No hay momia que no tenga alguno; y era el adorno favorito en grabados, muebles caseros y utensilios.  Simboliza el renacimiento, la resurrección, la capacidad de elevarse desde lo terrestre hacia mundos más sutiles, y también al Discípulo, aquel que se transforma en un ser más espiritual. De la misma forma que este coleóptero abre sus élitros y despliega unas finas alas, el corazón del hombre, el mundo de las apariencias, debía someterse y romperse para liberar al Escarabajo Alado de su interior: el Espíritu.  El mismo nombre egipcio del escarabajo, kheper, que significa ser, llegar a ser, hacerse, formar o construir de nuevo, nos da idea de su simbolismo. En esta estela lleva grabados sobre sus élitros dos oudjahd ("ojos de luz"), y las representaciones de Isis y Horus.

© Taller HORUS