Estela de

Dedia (entera)

 

 

Egipto.

Principios de la Dinastía XIX.

Hacia el 1300 a.C.

Original en diorita.

Museo del Louvre. París.

 

Alto: 80, ancho: 49, prof.: 22

 

 

Bronce-Mármol

-Zirconio

 

1750 €

 

Las divinidades que componen la llamada «tríada osiriana», familia de dioses cuyo principal santuario estaba situado en Abydos (Alto Egipto), decoran la parte superior de esta gran estela de diorita, dedicada por un jefe de dibujantes de Amón llamado Dedia.

En el centro está Osiris, el dios de los muertos, con los brazos plegados sobre su pecho en actitud ritual. Tiene sus dos atributos: el cetro Hega y el látigo Nekheh. En su cabeza la corona Atef, alto tocado parecido a la corona del Alto Egipto, encuadrado aquí con plumas. Con un gesto de protección, la diosa Isis pone su mano sobre el hombro de su esposo. Ella lleva su tocado habitual, un disco lunar que reposa sobre dos cuernos de vaca. A la derecha de Osiris está su hijo Horus, primer soberano del Egipto faraónico, que se encarna como poder real a través del faraón; aparece representado con una cabeza de halcón y tocado con la doble corona: como unificador de los dos Egiptos, el Alto y el Bajo Egipto (el Egipto divino o celeste, y el  terrenal).

Las inscripciones jeroglíficas dan los nombres de los dioses representados y los de cuatro personajes llamados los «cuatro hijos de Horus», que están relacionados con la ceremonia funeraria de la momificación. Entre los personajes, en la parte inferior, se distingue dos veces la Nébrida (1), emblema del dios Anubis, Señor de las necrópolis: es una piel suspendida en un poste que sería, según la leyenda, la piel del dios Anty, despellejado por haber cometido sacrilegio.

El estilo de la obra y la identidad de su propietario, que trabajó particularmente en el templo de Karnak, permiten fijar la fecha: final de la Dinastía XVIII, principios de la XIX (hacia 1300 a.C.).

(1) La Nébrida tiene un valor curativo, pues, de muy antiguo, Anubis representa un papel en el embalsamiento y en el don de la vida acordada a la momia, cerca de la cual suele representárselo. La Nébrida desempeñó un papel que permite compararla con Imuthés, el Asclepios egipcio en el tardío Libro de las Transformaciones.

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