La esfinge es la representación de un león con cabeza humana
postrado en posición de saludo. Su cuerpo animal está dominado por la
cabeza humana; es la inteligencia controlando la materia.
El camino de acceso al Templo solía ser una avenida ornada de
esfinges representando el mundo físico, las cosas inmóviles pero
atentas que sugieren con su actitud cuál es el camino que conduce al
Templo propiamente dicho.
Nectanebo I restauró los templos y emprendió construcciones que no
fueron acabadas. Es muy probable que se apoyara en el poderoso clero de
Sais y que para recompensarlo por su ayuda enriqueciera el templo de la
diosa Neith a expensas de los griegos de Naucratis. Rechazó la
invasión que era dirigida por Artajerjes II. Después de esta victoria,
Egipto tuvo algunos años de descanso que Nectanebo I aprovechó para
enriquecer su país con muchos santuarios. Hacia el final de su reinado
parece ser que legó, voluntariamente o no, la dirección de los asuntos
políticos a su hijo Teos, quien posiblemente había sido asociado al
trono.
Nectanebo I es considerado por Manetón el fundador de la XXX
Dinastía, y reinó del año 378 al 360 a.C.. |