Esta bella pieza es el fragmento de una pintura mural que se
encuentra en la tumba tebana del alto sacerdote Userhat. La escena
completa, cuya copia facsímil puede verse en el Metropolitan Museum of
Art (New York), reitera un motivo aparecido a comienzos de la dinastía
XVIII: el de la "Diosa de los Árboles", o "Diosa del
Sicómoro", el árbol sagrado por excelencia en Egipto, que
reconforta a los muertos. El dueño de la tumba aparece en compañía de
su madre y de su esposa, cuyos rostros, en primer plano, son los que
vemos en nuestra reproducción; los tres personajes se hallan sentados
en elegantes tronos a la sombra de un sicómoro, y destacan sobre un
fondo de espesa vegetación. Ante ellos, la Diosa, en pie, hace brotar
de un aguamanil un chorrito de agua que llena los preciosos cubiletes de
oro que portan.
El delicado perfil de las dos damas bajo sus abultadas pelucas es de
una grácil belleza. Sus cabezas están adornadas con sendos recipientes
para perfume, y varios capullos y flores de loto. Muy abundante en las
orillas del Nilo, el loto tiene unas características muy especiales:
abre su corola al alba y la cierra al atardecer; nace en la oscuridad de
las aguas pantanosas y emerge a la superficie sin verse manchada por
ellas... Por ello, en Egipto, así como en otras culturas de la
antigüedad, el loto era una planta simbólica. que representaba el
renacimiento, la fecundación, la fertilidad, y la pureza.
La madre de Userhat ‑que está delante‑ tiene un
recipiente sobre la mano desprendiendo un humo que bien podría ser de
incienso. El humo representa las relaciones entre el Cielo y la Tierra,
y simboliza además la oración, pues como ésta, sube hacia el Cielo.
Los collares, diademas, muñequeras y pendientes que adornan a las
dos mujeres, completan de una forma sencilla y elegante esta hermosa
muestra del arte egipcio. |