Anubis es una divinidad muy antigua, representada con cuerpo humano y
cabeza de perro o chacal, o bien directamente como un chacal, a veces
echado sobre un arcón, en actitud vigilante. Dios psicopómpico (esto
es, que guía o conduce las almas al otro mundo), regía las almas
separadas de los cuerpos y las de los Iniciados que habían superado la
etapa humana. Generalmente se le representa con el Uas, cetro o
bastón para andar en lo invisible (que para los humanos es la
«obscuridad»), apartando las malas serpientes de la vida psíquica
inferior. Su culto antiguo era profundamente esotérico; sin embargo, en
época ramésida, se ven sus estandartes en la batalla de Kadesh, contra
los hititas, signo de su externalización y popularización progresivas.
La pieza que aquí presentamos es un detalle de la parte exterior del
sarcófago de la dama Tenthapi, y en ella vemos al dios Anubis
revitalizando a la momia de la fallecida, para facilitarle su paso al
“más allá”. La momificación no era, como se cree comúnmente, un
sistema para conservar el cuerpo, sino que era un sistema para retenerlo,
de forma que la parte inferior del ser humano no se relacionase con la
superior, y no molestase a ésta en su entrada al Amenti. De
ahí, que la revitalización no se refiera en este caso a la parte
física o material, sino al alma -el Ba-, para la nueva vida que
comienza en el más allá.
El sarcófago citado tiene en su interior -ocupando toda la cavidad-
una representación de la diosa Nut, la diosa del Cielo, sobre un fondo
azul estrellado. A este fondo aluden, precisamente, las estrellas que
vemos en la parte superior del rectángulo que enmarca a la momia y al
dios Anubis. |