Sorprende encontrarse con un pequeño y sencillo objeto como el que
aquí presentamos, bellamente decorado con diversos elementos
simbólicos.
La superficie cilíndrica del recipiente está adornada con una
franja que asemeja las columnas del pórtico de un templo. La tapa
nos muestra en el centro al dragón-perro Fu, animal mitológico
del Japón que simboliza la vigilancia y la protección (de forma
similar al león), y en todo el contorno de la tapa, alrededor del
dragón-perro Fu, vemos representados pequeños soles.
El conjunto descrito sugiere la idea de un recinto o templo, vigilado
y protegido, y con alusiones al sol, emblema del Japón, y símbolo de
lo espiritual por excelencia. Esta idea nos muestra el paralelismo
simbólico que siempre ha existido entre algo muy valioso como son las
joyas y los metales preciosos, y el alma humana, ambas necesitadas de un
lugar especial donde guardarse: un joyero, o un templo. |