Nos encontramos aquí ante una pieza de una gran armonía y belleza,
perfectamente simétrica respecto a un imaginario eje central, que
representa la figura de un sacerdote de Quetzalcoatl.
Quetzalcoatl, llamado Kukulkán por los mayas, se representa como una
serpiente emplumada (quetzal significa ave, y coatl
serpiente, en el idioma náhuatl), y es el dios principal en casi todas
las culturas mesoamericanas.Asociado al planeta Venus, es el «Señor
de la Aurora», y en relación con el culto a la luz es el «Gran
Mago», contrapuesto a Tezcatlipoca.
Los sacerdotes de alto rango llevaban el título de
"quetzalcoatl", y eran conocedores de astrología,
matemáticas, medicina, y demás ciencias. Según relata Fr.
Bartolomé de las Casas: «Mostraban mucha mortificación, gravedad,
mesura, majestuosidad y santidad en los cultos y acatamientos, por lo
cual eran estimados y reverenciados como santos, y dábaseles gran
crédito a lo que ellos afirmaban, y en todo tenían autoridad».
El sacerdote representado lleva dos colmillos de serpiente y plumas,
que lo relacionan inequívocamente con Quetzalcoatl. Es de alto
rango según se deduce del extraordinario penacho que luce sobre su
cabeza, y de la gran cantidad de elementos con que está adornado. Toda
esta ornamenta era indispensable para celebrar las ceremonias y ritos,
que periódicamente evocaban el mito de Quetzalcoatl. Según este
mito Quetzalcoatl muere voluntariamente en el fuego y su corazón se
eleva al cielo, donde se transforma en el planeta Venus.
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