En la pequeña Isla de Pascua, en lo profundo del Océano Pacífico,
llaman la atención de los visitantes las enormes estatuas que, erguidas
y dando la espalda al mar, se alinean a lo largo del contorno de la
isla. Estas estatuas son denominadas moais en la lengua
autóctona.
El cilindro que lleva en la cabeza se denomina Pukao.
Estos tocados, labrados en toba volcánica roja, todavía se veían
coronando algunas estatuas en el pasado siglo. Hoy no queda
ninguno en su posición original.
Este, que corona el moai del altar ahu Ko-Te-Riku, en el lugar
de Tahai, fue tallado por los pascuenses actuales según las técnicas
antiguas, como parte de la restauración efectuada en 1969 y 1970.
En la espalda del moai se pueden observar unos símbolos de
significación desconocida, pero que los indígenas interpretan como
«símbolos de la vida».
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