Fotografia de la Pieza  

Calavera

tolteca

 

 

Arte tolteca.

Ciudad de Tula (Hidalgo), México.

Siglos XI a XIII d.C.

 

Alto: ?, ancho: ?, prof.: ?

 

 

 

 

Bronce

9 €

 

Los toltecas manifestaron un gran interés por el esqueleto y las calaveras, debido a la belleza que percibían, y que indudablemente existe, en la estructura ósea del cuerpo del hombre. Todo el esqueleto humano es un prodigio de mecánica perfecta, y la calavera, con la magnífica bóveda del cráneo, es digno receptáculo de la inteligencia que allí se asienta. Ningún cráneo del reino animal tiene la dignidad y nobleza del cráneo humano; y por otra parte, generaliza la especie, siendo difícil distinguir los cráneos de las diferentes razas y aun de los sexos.

En un sentido general, la calavera es el emblema de la caducidad de la existencia, símbolo de la muerte. En el arte tolteca aparece a veces junto con esqueletos y serpientes formando parte de los atributos de algunas diosas, como se ve por ejemplo en la más conocida representación de Coyolxauhqui, la diosa de la Luna.

En otro sentido, la calavera, como la concha del caracol, es en realidad «lo que resta» del ser vivo una vez destruido su cuerpo. Así adquiere un sentido de vaso de la vida y del pensamiento.

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