Esta cabeza de estuco, perteneciente al período clásico tardío del
arte maya, se encontró en el Templo de las Inscripciones de la ciudad
maya de Palenque. Concretamente, aparecía como ofrenda en la cripta de
este templo, donde se enterró a un alto personaje.
La cabeza pertenecía en origen a una escultura de cuerpo entero, de
donde fue separada para colocarla en la tumba.
Representa a un guerrero tocado con un hermoso penacho de plumas
flameantes, y coronado de flores, emblema de la guerra florida de
las tradiciones mayas.
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